A Rouco Varela, paladín de lo humano; él, tan divino
Alíneate.
No te quedes fuera.
La sábana no cubre
los pies de la cama.
Regístrate.
No seas anónima.
No hay tinta
si no tienes papeles.
Intégrate.
No seas distinta.
El sol no brilla
igual para todos.
Piérdete.
Pierde tu esencia,
tu alma, tu color,
tu acento.
Bienvenida
al mundo del blanco y negro.
¡Arriba la uniformidad!
¡Desterremos el arco iris!
Bendito sea el cordero,
el nadie, el siervo.
Bendito sea, porque él
sí sabe el camino.
Y no pregunta.
Bendito sea
el que no cuestiona,
el que no piensa,
pues él no ha de sufrir.
Bendito sea el hombre
hetero, blanco, católico,
pues de él es el reino
de los cielos
y (si dios no lo remedia)
de él será el reino de España,
la tierra prometida.
Amén.
Interior de la iglesia románica de Collonges-la-Rouge (Francia). Verano 2006
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