7/30/2007

Se descalzan los días



En directo desde Vigo, Días Descalzos.








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Yo soy la que toca los huevos y el piano, y la vocecita del coro que se debería oir menos...

7/24/2007

Conmigo



Navego
entre agua, flor y cielo
con el lastre de mil horas
de tu ausencia,
levitando,
rozando apenas la vida;
minúscula,
maltrecha.

E incluso la noche
me niega tus estrellas.

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Esta foto la saqué en Connemara (Irlanda), desde el puentecillo que salía en "El hombre tranquilo" :-) Precioso.

6/15/2007

Se van yendo las nubes


Te voy filtrando.

Te absorbo a través del vello,

de los poros;

me dejo permear,

aunque suene tan feo en un poema,

para retenerte,

frenando tu caída al agujero oscuro

que hay dentro,

del que tan pocas cosas escapan.

Capa tras capa te saboreo,

te purifico,

te esencio,

hasta que ya sólo queda

una perla

redonda, perfecta, blanda,

insoluble.

Ya tengo mi recompensa.

¿Tú crees que se me nota

que llevo tu luz dentro?

Yo diría que lo advierten

los niños, los viejos y los perros.

Presienten tu perla.

O quizá vean que se me han ido las nubes.

O tal vez se den cuenta

del andar más ligero,

del ojo más verde,

del corazón más rojo,

de la esperanza menos magenta

(menos ajena)

ahora que soy tu ostra.


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Para mi abogada favorita, con un cargamento de besos.Esto sí es lo que veo desde mi ventana.

“Esenciarse: Unirse íntimamente con otro ser, como formando parte de su esencia”, dice la RAE. Yo lo despronominalizo y le añado el “destilar hasta obtener la esencia”.

5/29/2007

Entera














Al norte reside el peligro.
Al sur la tentación
Este y oeste se me unen.
¿Hacia dónde viajaré?

Si subo me sumergiré en tu boca,
y perderé la noción del tiempo
acariciando, explorando, uniendo,
abriendo los ojos de vez en cuando
para buscarme en los tuyos
y encontrarme.
Pero si bajo te navegaré
y me quedaré atrapada
con tu arpón en mi costado,
y no habrá fin.
Si me desvío a los lados
el camino se ensancha
y te circunvala
para devolverme al sur
o al norte.
Y vuelta a empezar.

Tendré que buscar la manera
de recorrerte entera y a la vez,
buscar la ubicuidad,
descartar las porciones,
para ser el mar de tu arena.Sin elegir.

5/22/2007

Cosas que pasan


Llueve,

de arriba abajo

como es natural;

con gotas

claras, frías.


Anochece,

como todos los días;

se va guardando el sol

tras el mar,

tras mis islas.


Siento,

como siempre he hecho;

es un síntoma más,

de que respiro,

de que estoy viva.


Dudé,

tuve miedo al error;

y frené mis pies

cansados

para que no corrieran a tu orilla.


Vivo,

y los segundos son tesoros;

no quiero perder

ni uno más

lejos de tu sonrisa.


Vamos,

ya es hoy,

la posibilidad nos ilumina.

5/20/2007

Tu mirada


Fue fugaz.

Te miré a los ojos

y sentí vértigo.

Sabía que podría extraviarme en ellos,

y que no valía la pena

intentar ocultarlo.

Me llamaban, me arrastraban,

me prometían,

y yo me dejaba.

Te tomé la mano,

sentí tu calor,

palpé tu suavidad,

y archivé el instante

en lo más íntimo de mi alma.

Tú me mirabas, sorprendida,

expectante;

yo te miraba extasiada.

Quise engatusar al tiempo

con palabras suaves,

dormirlo, dejarlo fuera de servicio,

pero sólo cedió unos segundos

antes de seguir corriendo, descalzo,

en su ronda diaria.

Y en esos segundos, segura,

me arriesgué a cruzar

tu pantalla,

mis labios en los tuyos.

Descargas. Sonrisas.

Temí que el hechizo se deshiciera

y que la cordura arreciara.

Pero no:

yo seguía muy dentro de tu mirada.


Me despertó Olga Viza, ya ves,

como todas las mañanas.

Fue fugaz.

Pero al girarme me pareció ver

tu mirada en mi almohada.

5/15/2007

El olor de tus palabras



Hoy me he dado cuenta
de que había algo nuevo en mi casa.
Perceptible apenas,
sutil,
pero ahí estaba.
La he recorrido mirando cada oscuridad
esperando ver agazapada en ella
la presencia inquietante
que me llama.
Después, los ojos cerrados,
me he parado en el medio
escuchando.
La nevera, los vecinos,
el lavado de coches de abajo...
Nada nuevo,
nada raro.
Pensé en usar los otros tres sentidos
para encontrarlo...
pero antes siquiera
de poder enumerarlos
te encontré en el aire,
y lo vi claro:
mi casa huele a tus palabras.
Lo impregnan todo:
yeso, telas, suelos y ventanas.
Y juro que jamás conocí
olor más mío, más sensual,
más cálido ni más humano.

Pero sólo me acompaña
cada vez que inspiro...
Y el resto del tiempo navego
en el más absoluto desamparo.

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¿A qué huelen las nubes? ¿Y los atardeceres? ¿Y las palabras dichas, pensadas o susurradas?

¿Tú lo has visto?


Pues no sé dónde lo he puesto...
Llevo todo el día buscando,
y nada.
Aunque para ser del todo sincera
no ha sido un día, no:
¡hace ya años que lo echo en falta!

Eso sí, mientras lo buscaba,
he encontrado la tapa del mando,
y aquella amiga que un mal día desapareció.
Han aparecido incluso
tres países africanos
(y mira, creí que ya no existían),
un primer beso
(¿un? ¿el?)
y un viaje a Madrid.
¿Estará debajo de la cama?
La última vez que vi allí
sólo había una pila de sueños
polvorientos
y unos cuantos nombres desgastados.
¿Lo habré soñado?
Pero no:
recuerdo su tacto, su olor,
su peso,
su índice extraño,
la hoja que un día arranqué
porque no decía más que mentiras
que luego fueron verdades
(que siempre fueron verdades, y yo ignorante).
Pero ¿dónde habré puesto
el maldito manual de instrucciones?
¿Cómo voy a interpretar yo ahora la vida?


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Lo mejor ha sido tener que buscar el libro, de verdad, para sacarle la foto.... ¡Y no lo encontraba!

5/12/2007

Imperfecto tres

Número mágico,
número primo,
número perfecto.


Tres fueron las carabelas,
tres los crucificados,
tres en uno el dios.


Tres los ideales revolucionarios,
tercero el Reich,
Moscú la tercera Roma.


Tres las musas,
tres las marías,
tres las gracias.


Tres los términos de la enumeración,
tres los intentos,
tres los tercios de la foto.


Tres puntos dibujan la vulva,
tres colores tus ojos;
tus pechos, tu vientre, tres.


Pero sé, mi amor, que aquí entre nosotras
tres es demasiado.


Tres.
Número mágico,
número primo,
número imperfecto.

¿Quen entenderá este mar vello?


Primero fue el mar.
Luego la vida.
Si él es la Palabra,
¿será nuestro dios?

Si primero fue tu sonrisa,
¿será ella mi diosa?


Y ¿quién entenderá tu sonrisa
ahora que no la contemplo?
¿Dejará de existir
si yo no la convoco?


Primero fue el mar.
Luego su luna.
Y la vida se autoconvocó
para poder contemplarlos.


¿O no?

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El título de esta entrada es un verso de María Mariño, poeta a la que se dedica el Día das Letras Galegas este año. Es la segunda mujer que recibe tal distinción (la otra fue Rosalía).

5/11/2007

Y


















¡Y mira que me lo dijeron!
“Ten cuidado”
“No toques ahí”
“No cruces a lo loco”

Y voy y me descuido,
y me acerco,
y te toco.
Y no contenta con eso
voy y cruzo todas las fronteras
con los ojos cerrados
y el corazón abierto.
Y me enamoro.

Y, a estas horas,
¿dónde encuentro yo a un buen cardiólogo?


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Y esto está dedicado a Angelina Molina, mar batiente, espuma callada.

5/08/2007

Aguarelas



Hemos ido tejiendo hilos.


Tu mejilla en mi mejilla.
Mi vientre en tu vientre.
Tus labios en mis labios.
Tus pechos contra mis pechos.
Mi vientre en tu espalda.
Mis pechos en tus labios.
Tus pechos en mi boca.
Tus ojos en mi sonrisa.
Mis ojos en ti.
Mi alma en tu alma.
Tu alma en mi alma
Hilos.
Frágiles.
Transparentes.


Sigo tejiendo hilos.
De cualquier clase.
Aunque todos inútiles,
sobrantes, desesperados.
Y sé que no debo.
Pero tejo.
Y no volverá mi Ulises.


Sedia-m’eu na ermida de San Simion
e cercaron-mi as ondas, que grandes son:
eu atendend’o meu amigo,
eu atendend’o meu amigo!

Estando na ermida ant’o altar,
cercaron-mi as ondas grandes do mar:
eu atendend’o meu amigo!
eu atendend’o meu amigo!

E cercaron-mi as ondas, que grandes son,
non ei barqueiro, nen remador:
eu atendend’o meu amigo!
eu atendend’o meu amigo!

E cercaron-mi as ondas do alto mar,
non ei barqueiro, nen sei remar:
eu atendend’o meu amigo!
eu atendend’o meu amigo!

Non ei i barqueiro, nen remador,
morrerei fremosa no mar maior:
eu atendend’o meu amigo!
eu atendend’o meu amigo!

Non ei barqueiro, nen sei remar
morrerei fremosa no alto mar:
eu atendend’o meu amigo!
eu atendend’o meu amigo!

(Mendiño)
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Texto y traducción de la cantiga de Mendiño aquí
Esta foto la he sacado en el primer día de mi nueva supercámara :-)

5/04/2007

Laberintos


Me perdí.
Empecé a recorrer tu cuerpo y me perdí.
No sé cuánto tiempo pasó.
Ni sé qué lugares visité.
Pero fue tan dulce no encontrarme
que no quise salir de tu piel.
Y así anduve por tus campos
y por tus cuevas
y por tus montañas y tus valles.
Vagabunda sin más hogar que tu cuerpo,
sin más destino que mi compañera.
Totalmente perdida en ti.
Por dentro y por fuera.

Biquing


Besos ciegos, besos claros,
besos torpes, andariegos,
besos sublimes, besos caros,
besos del alma, besos robados,
besos con todo mi cuerpo,
besos sin fin, sin cuenta, sin reparo.

Todos los besos, mi amor, todos.
Todos te los he dado.
No con mis labios,
sino con mi mente, con mi alma,
con mis ojos, con mis manos.
Besos al aire.
Y ninguno te ha llegado.
Pero debes saber que,
mientras no estabas, te he besado

*******************
"Biquing": besar, en galinglish

Inmersión



Quiero mecer mis manos entre las algas.
La luz se descompone en mil reflejos sobre la superficie.
Mi respiración es sólo un ruido.
Ya me detengo.
Vuelo.
Libre.

Hay mares que saben a mujer.
A mujer sabia.
O a mujer hermosa.
Hay luces que sólo brillan
en algunas aguas
y en algunos ojos.
Hoy tengo el mar.
Y en él tengo a las mujeres todas.
Mejor aún:
el mar no pide.

Vuelo.
Libre.

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Mareas vivas en Miño. Agosto 2005

Buscamos


Abrimos, cerramos,
entramos, dañamos,
sufrimos, amamos,
entregamos.
Buscamos.
Y nos preguntamos.

¿Respuestas?
A lo bueno: sí.
A lo malo: no.
A lo demás: no sabemos.
Esperamos.

Así que abrimos, cerramos,
entramos, curamos,
suspiramos, lloramos,
sopesamos,
dudamos.
Esperamos.
Y, mientras, amamos.

5/02/2007

Afuera, el ocaso










Sangre.
El mundo se cae.
Sólo oigo el viento.
Trescientos sesenta grados de viento.
Vértigos oscuros.
Tiemblo.
Ya no veo.
No hay puntos de apoyo.
Miro alrededor.
Vacío.
Dentro.
Vacío.
Ya no sé.
Me siento y me contemplo.
No me reconozco.
No sé quién era.
Me han robado mi mundo.
Y no tengo fuerzas para hacer uno nuevo.

Todo ocurre fuera.


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El 3 de octubre del 2005 hubo un eclipse de sol visible en España. A las 9 de la noche el sol, moribundo ya, pero orgulloso, se despedía en Cabo Silleiro.

4/30/2007

Delante (¿detrás?)


EL ETERNO RETORNO
Siempre vuelvo a ti.
Por más que lo intente ( aunque a veces no lo haga),
vuelvo a ti.
Y sé que me dejo llevar,
que me dejo naufragar en tus aguas
verdes.
Y sé que de vez en cuando
nado incluso, preguntándome
si con ese gesto conseguiré
(podré) escapar a tus corrientes.
Inútil:
siempre vuelvo a ti.
A ti, risueña, satisfecha
por volver a ti.
A ti, nunca ahíta de tus labios,
de tus curvas, de tus miradas.
A ti, esperando el gesto pródigo
de la mano amada
que devuelve la vida, el calor,
que revuelve, envuelve, disuelve,
absuelve.
A ti, mi arcadia privada, nunca hollada.
Siempre vuelvo, reina mía.
¿Sabes tú por qué?

Hitchcock y parques (III)

Me gusta ver a las aves enloquecidas en la primavera y el verano. Pero también me gusta verlas cuando transcurren pausadas y nos vemos (o quisiéramos) reflejados en ellas.
En los parques ingleses, siempre llenos de vida, hay escenas de auténtica calma que me gusta recordar. Como esta que suelo llamar "Hora punta en Hyde Park".










Pero no hay que dejarse engañar por las apariencias, porque detrás de estas hermosas ánades que surcan las aguas del parque de St.James (Londres)










...se oculta esta rara "belleza"

(No, no sé qué es. Pero los que estábamos allí acordamos unánimente llamarla "polla de agua", porque realmente es tan hermosa como una...)




Si empecé este post con las gaviotas hambrientas de Baiona, voy a terminarlo con una gaviota solitaria, en la otra Baiona (Francia).

Hitchcock y parques (II)


Evidentemente, no todas las gaviotas imponen tanto. En un viaje por el río Dart (Inglaterra) me hice amiga de una pequeña gaviota que posó con mucho gusto (tras el correspondiente soborno de pan, claro...). No se movió de nuestro lado mientras estuvimos allí... y la verdad es que no vimos el letrero (Please, don't feed the gulls!) hasta que ya era demasiado tarde...


Y desde luego aquella no fue la primera (ni será la última) vez en que me veo rodeada de pájaros. Hace dos años, paseando por Cáceres, una nube de pájaros (cuya especie no reconozco, admito) cubrió el cielo de la plaza en la que me encontraba con su griterío de prisa veraniega. Durante unos minutos entraron, salieron, se arrremolinaron, bailaron como uno sólo y sólo cuando se fueron nos dimos cuenta del estruendo que hacían.



Hitchcock y parques (I)

Hace un año, paseando por Baiona, nos cruzamos con una mujer que salía de su edificio. Nos fijamos en ella por su aspecto, un tanto estrafalario, y por su piel, morena como sólo lo puede estar la que lleva años a la intemperie. Antes de alejarnos lo suficiente para poder hacer algún comentario, nos sorprendieron los chillidos de las gaviotas. Levantamos la vista y allí estaban: docenas de gaviotas volando a toda velocidad hacia la otra acera. Salían de todas partes y de ninguna. Y allí estaba aquella mujer, con una bolsa plástica, esperando a que se acercaran.






Las gaviotas parecían conocerla bien. De hecho ni siquiera tuvo que llamarlas. ¿Era la hora? ¿Era su olor?










Lo cierto es que nos vimos rodeadas de docenas de ratas con alas, enormes, hambrientas, desafiantes....















...Y nos sentimos como en una película que no hace falta mencionar, aunque esta mujer no se pareciera en nada a Tippi Hedren...


******************
Las fotos son de A.C.


A Rouco Varela, paladín de lo humano; él, tan divino


















Piérdete

Alíneate.
No te quedes fuera.
La sábana no cubre
los pies de la cama.


Regístrate.
No seas anónima.
No hay tinta
si no tienes papeles.


Intégrate.
No seas distinta.
El sol no brilla
igual para todos.


Piérdete.
Pierde tu esencia,
tu alma, tu color,
tu acento.


Bienvenida
al mundo del blanco y negro.
¡Arriba la uniformidad!
¡Desterremos el arco iris!


Bendito sea el cordero,
el nadie, el siervo.
Bendito sea, porque él
sí sabe el camino.
Y no pregunta.


Bendito sea
el que no cuestiona,
el que no piensa,
pues él no ha de sufrir.


Bendito sea el hombre
hetero, blanco, católico,
pues de él es el reino
de los cielos
y (si dios no lo remedia)
de él será el reino de España,
la tierra prometida.


Amén.


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Interior de la iglesia románica de Collonges-la-Rouge (Francia). Verano 2006

4/29/2007

Dudo...




























Dudo, luego existo

A veces las nubes navegan contra el viento.
Y está bien que así sea.
A veces el mar no quiere llegar a la orilla y morir.
Y está bien.
De vez en cuando mi estrella no quiere apagarse con el sol.
Y eso también está bien.


Pero más allá de las leyes naturales,
de los ciclos y las mareas,
de piritas y cuarzos,
de estorninos y torcales,
más allá de eso
¿dónde está el bien?
¿está lejos el mal?


Y ahí me debato.
Ahí me debato.


Siglos de evolución
me han hecho lo que soy:
frágil, incompleta,
caminante, anhelante,
dadora, temerosa,
humana.
¡Ah! ¡Si ahora pudiera
tan sólo por un segundo
volar y desde el aire perfecto
ver el hoy, el mañana
y el nunca!
¡Si tras un breve latido
supiera!


Pero no.
Me he de quedar escarbando,
dentro y fuera,
buscando a tientas,
iluminando a ráfagas,
vislumbrando apenas.


Y no sé.

Charcos de soledad




















¡Qué maldición ser fuerte! Y ¡qué maldición parecer fuerte sin serlo!
Se nos carga el mundo en nuestras espaldas. Cada vez un poco más, cada vez alguien más. Y tenemos que arrastrar nuestra carga. Pensamos que lo hacemos con placer, con alegría, porque los queremos a todos. Y sí, los queremos, pero no nos dejan querernos ni vivirnos. No nos dejan caminar ligeros de equipaje (que es la única manera de seguir nuestro camino). Ojalá fueramos como el caminante aquel de García Montero...
¿Levedad o peso? Kundera decía que ansiamos el peso. Esa es la gran batalla. Lo ansiamos, pero nos condiciona tanto. Y tememos defraudarlo. Y medimos nuestros pasos para no desestabilizar la carga. Aunque sólo somos responsables de nuestra propia espalda, y no de todo lo que en ella nos han (nos hemos) cargado. De nuestro camino, y no de los pasos de los otros.
Amor; dolor; responsabilidad; libertad; soledad. Son nuestros compañeros de viaje; nos peleamos con ellos todos los días, y nunca salimos ganando.


HABITACIONES SEPARADAS (L.García Montero)
Está solo. Para seguir camino
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.
Cuando pasan los días
y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.
Una vez dijo amor.
Se poblaron sus labios de ceniza.
Dijo también mañana
con los ojos negados al presente
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano,
fantasmas como saldo,
un camino de nubes.
Soledad, libertad,
dos palabras que suelen apoyarse
en los hombros heridos del viajero.
De todo se hace cargo, de nada se convence.
Sus huellas tienen hoy la quemadura
de los sueños vacíos.
No quiere renunciar. Para seguir camino
acepta que la vida se refugie
en una habitación que no es la suya.
La luz se queda siempre detrás de una ventana.
Al otro lado de la puerta
suele escuchar los pasos de la noche.
Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.
Tiempo de habitaciones separadas.

"Te querré siempre, princesa", me ha dicho hoy.


Acércate, amor mío.
Acércate, déjame sentir tu calor.
Deja que tu piel empape mi alma, sedienta.
Esta noche necesito sentirte cerca.
Necesito palpar tu aire,
sentir tu voz,
saborear tu sonrisa
grande, abierta, generosa.
Dime, mi amor,
pues mis oidos son golosos,
que me quieres.
Dime que ya la luna no alumbra
si no es mi mirada la alumbrada.
Dime que las mareas no alcanzan,
que el sol es apenas un foco,
que el viento se paraliza
si no los ilumina mi mirada.
Que se acabarán los días
antes de que tú renuncies a mi amor.
Dime que la noche
es un largo desierto sin mi sonrisa.
Dime que los días
no son sino una condena
sin la bendición de mis besos.
Dime, mi amor, que te oiga bien claro,
que tus labios están yermos,
que tu cintura languidece,
que tu pecho marchita
sin mis besos,
sin mi abrazo,
sin mi caricia.
Dime, reina mía,
que nada puede medirse
con tu amor;
sobran escalas, pesos, medidas.
Dime que el aire,
cada vez que entra,
cada vez que sale,
lleva mi ritmo impreso,
mi acento.
Dime que no hay mañana sin mí.
Ni hoy.
Ni tiempo.
Dime, mi dulce niña,
que eres el siempre de mi siempre,
la palabra de mi poema,
el agua de mi mar,
la vida de mi vida.
Dime, mi niña,
que me amas.
Porque entonces podré decir
que mi alma, mi corazón,
mi vida, mi aliento
jamás tuvieron otro dueño
que tus ojos.
Dime que ese pedazo sublime de mundo
no pertenece a nadie salvo a mí.
Entonce te diré, con el corazón henchido de luz,
que te amo sin remisión, con locura.
Déjame sentir tu voz.

Van Gogh en la ría de Vigo















Inconclusa
Quedarme en ti.
Seguir contando tus pliegues con dedos hambrientos.
Sumergirme en tu calor, en tu blancura.
Saber que hay un mañana que no deseo.
Quedarme en ti.
Olvidar que la lluvia barre los cristales.
Que una más una son dos.
Que el sol no nace en tu sonrisa.
Quedarme en ti.
Y dejar mi nombre, mi casa.
Pues sólo tienen sentido
si tú lo nombras, si tú la habitas.
Quedarme en ti.
No acepto otra condena que no sea latir contigo
(ojalá fuera perpetua).
Quedarme en ti.
Sabiéndome yo .
Inconclusa. Siempre.

Túneles





A 100
Quiero acelerar en tus rectas, derrapar en tus curvas.
Escalar tus montañas; reposar en tus húmedos valles.
Vibrar con los badenes de tu vientre.
Recorrer las rotondas de tus pezones.
Zigzaguear por tus vértebras.
Ascender tu cuello dejando en él las suaves marcas de mis llantas.
Viajar hasta los confines de tus dedos, y allí detenerme para contemplar tu paisaje.
Quiero aspirar tu olor, con las ventanillas abiertas, mi cabellera al viento.
Rodear tu ombligo, una y otra vez.
Y cuando ya no tenga fuerzas para seguir recorriéndote, adentrarme en tus oscuros túneles, con los ojos bien cerrados para no perderme detalle.
Posted by Picasa

 
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